El ácido hialurónico (AH) es quizás el activo cosmético más conocido (sin ofender al Aloe Vera), pues su uso es garantía de eficacia y calidad. Dados sus múltiples beneficios, el AH se ha ido incorporando como ingrediente principal en todo tipo de cosmética – facial, corporal, capilar, por no mencionar su presencia en productos farmacéuticos, complementos nutricionales, terapéuticos. Y eso es sin abrir la puerta de la medicina estética donde el ácido hialurónico es el rey.
Para conocer mejor las propiedades de este activo “milagroso” en el post de hoy os explicamos más en detalles qué es, cómo funciona, los tipos de ácido hialurónico y sobre todo su uso en los productos cosméticos.
¿Qué es el ácido hialurónico?
Sin complicarnos mucho con las explicaciones científicas, el AH es un tipo de biomolécula de función estructural cuyo depósito principal es la piel, los fluidos y tejidos corporales. Se sintetiza por los fibroblastos, los queratinocitos y otras células fundamentales con la ayuda de los factores de crecimiento. Adquiere su nombre por el tejido dónde fue aislado por primera vez al principio del siglo XX, “el cuerpo vítreo del ojo bovino (‘Hyalos’ – vidrio), y del de uno de sus azúcares constituyentes, el ácido urónico.”
En la piel su función resulta fundamental pues forma parte, en porcentaje distinto, de las tres capas de la piel, pero resulta especialmente relevante en la dermis donde sirve de nexo entre las proteínas que aportan elasticidad y tersura – el colágeno y la elastina.
Propiedades cosméticas
Situándonos en el campo de la cosmética, hay que hacer muy bien la diferencia entre el ácido hialurónico como componente estructural de los tejidos y el AH como ingrediente cosmético. Su actividad y eficacia están demostradas en una gran cantidad de estudios, pero el uso tópico de este activo no sustituye, ni compensa, ni recupera el ácido hialurónico perdido de la piel. En este sentido, el papel de la cosmética se centra en preservar, proteger y quizás ralentizar la pérdida de esa sustancia tan preciada.
Los procesos de envejecimiento se hacen notables en primer lugar en nuestra piel. Empezamos a combatir los primeros signos de la edad usando productos cosméticos antiage mucho antes de notar la pérdida de vista o los cambios hormonales relacionados con la edad. La calidad de los tejidos y su reparación se ven deteriorados y uno de los motivos principales es la disminución global de AH. En estos momentos lo que la cosmética puede hacer por nosotros es prevenir y retrasar los procesos naturales que ocurren, pero no inhibirlos.
La piel hidratada
El AH posee una capacidad extraordinaria de retener el agua por lo que una de sus características principales es la de mantener la hidratación cutánea. En este sentido, la medicina estética se ha servido de esta propiedad del activo para usarlo en todo tipo de rellenos y filtraciones dérmicos. En el campo de la cosmética, la aplicación tópica de este ácido tiene varios beneficios: hidratante, antiarrugas, efecto tensor, pero también promueve una piel más tersa y flexible, así como más resistente. El ácido hialurónico es un buen potenciador de la función barrera de la piel al contrarrestar la irritación en tratamientos más agresivos.
Los estudios han demostrado que la aplicación tópica de un cosmético hidratante que contiene AH es un tratamiento eficaz en la lucha contra la deshidratación cutánea y, por tanto, en la prevención del envejecimiento cutáneo, que está directamente relacionado con su capacidad de retención de agua. Además, el AH posee un efecto antioxidante, ya que elimina los llamados radicales libres, lo que aumenta la protección de la piel frente a la radiación UV y contribuye a aumentar la capacidad de reparación de los tejidos.
Tipos de ácido hialurónico
En cosmética se suele usar como ingrediente activo en distintas concentraciones para buscar diversos efectos. El grado del ácido hialurónico está relacionado con su empleo en las fórmulas. Así podemos encontrarnos con AH de grado cosmético, inyectable o médico/farmacéutico, pero lo verdaderamente relevante es el peso molecular de la sustancia. Este factor va a determinar las propiedades del activo, su concentración en el producto final, incluso el precio final del cosmético. Cuanto más pequeña es la molécula de AH, más fácil es acceder a la dermis que es donde sucede la magia del antienvejecimiento.
- AH de alto peso molecular
Posee propiedades hidratantes y filmógenas que mejoran los niveles de hidratación de la epidermis al retener la humedad sellada. Al mismo tiempo reduce la pérdida de agua transepidérmica y aumenta la resistencia de la piel frente los agentes externos dañinos. Una buena opción para incluir en tu rutina facial diaria.
- AH de bajo peso molecular
Por su tamaño es capaz de acceder a las capas profundas e iniciar los procesos de reparación y rejuvenecimiento.
- AH de muy bajo peso molecular
Es un potente activo antiedad que estimula los fibroblastos que sintetizan el colágeno y la elastina. Su eficacia se ha demostrado en numerosos estudios y se ha valorado su empleo como alternativa al ácido hialurónico inyectable. Precisamente por su síntesis y eficacia, el AH de muy bajo molecular es un ingrediente costoso.
- AH reticulado
Este tipo de ácido hialurónico se emplea en los tratamientos estéticos que buscan recuperar los volúmenes perdidos de los tejidos. Posee una densidad mayor y mayor resistencia a los procesos enzimáticos naturales que degradan la sustancia en la dermis.
El AH en tu rutina facial
- Es uno de los productos más accesibles, multifuncionales y polifacéticos.
- Apenas tiene contraindicaciones – se puede recomendar para cualquier tipo de piel combinado con productos que perfilen mejor una rutina diaria específica.
- Sus propiedades abarcan desde eficacia antiage hasta la hidratación básica y la actividad protectora.
- Se puede incluir en casi cualquier tipo de cosmético – limpiadores, tónicos, serums, cremas, pantallas. Es muy sencillo formular con él.
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Referencias:
Ácido hialurónico y sus aplicacionesº
ÁCIDO HIALURÔNICO DENTRO DA ÁREA DE ESTÉTICA E COSMÉTICA